RECEPTORES SENSORIALES: ¡QUÉ MARAVILLA!
Este niño de momento se queda en medio del parque, su primera sensación al no ver a sus padres, lo invade el temor, sus RECEPTORES SENSORIALES se ponen en alerta máxima, para darle seguridad y protección.
Sus OÍDOS en alerta extrema, discrimina todo sonido que pueda indicar peligro.
Sus OJOS miran todo en su entorno, para diferenciar movimiento o reposo a su alrededor.
El OLFATO entra en acción, mediante los olores trata de hacer distinción para entender que sólo está entre árboles y matorrales.
Sus PAPILAS GUSTATIVAS se quedan secas, se detiene la producción de saliva, para ayudar a que el resto de receptores hagan su función mejor, y finalmente,
El TACTO, que le indican que su cuerpo está indemne, y le garantiza movimiento óptimo, para la búsqueda inmediata de un refugio, este proceso ha ocurrido en milésimas de segundo, gracias a los millones de receptores presentes en todos los 5 sentidos sensoriales.
En automático se han puesto en alerta trabajando en GRAN EQUIPO, coordinando, organizando y estructurando para decidir la mejor OPCIÓN.
Los RECEPTORES SENSORIALES son una maravilla de ingeniería, colocados estratégicamente para permitirnos percibir el entorno interno y externo de nuestro cuerpo, nos dan orientación, equilibrio y seguridad.
Diminutos corpúsculos que recogen la información de los diferentes estímulos; especializados para decirnos: es de día, es de noche, los puntos cardinales, el arriba, abajo, la izquierda, derecha, temperatura, humedad, olor del aire, sonoridad, tipo de suelo, información rápida y efectiva que llega al cerebro para su procesamiento y determina nuestro actuar.
A este niño, el cerebro le ha informado: estás completamente solo entre árboles, en piso firme, no hay animales, el olor es de hojas y flores, el sonido es sólo el susurro de las hojas de los árboles, un poco de frío ambiental y es medio día; tus padres deben estar cerca, no hay más personas ni animales que puedan infringirte daño.
Así que, eres un pequeño, con corazón de titán, decide dar el grito más grandioso de su vida, ¡PAAAAAPPÁÁÁSSS!, sus padres, le oyen y rápidamente en gran alegría, acuden a su encuentro.
Todo por la maravilla de los RECEPTORES SENSORIALES.
¡Son nuestros máximos Sensores!
¡Nos informan de todo, en gratitud de parte nuestra; es cuidarlos y amarlos!
¡El tablero de un avión es muy complejo, pero jamás será igual al TABLERO HUMANO!