DIA DE CAMPO FAMILIAR
Siempre resulta gratificante salir de DIA DE CAMPO CON LA FAMILIA.
Las razones son diversas: sentir la maravilla del contacto directo con la naturaleza, la sensación infinita de respirar aire puro, poder correr o caminar en espacio amplio, explorar el mismo suelo, piedras de forma y color diverso, apreciar los árboles, si hay una charca la curiosidad de ver insectos terrestres e insectos voladores, mariposas que albergan y dan plenitud de vida.
Poder trepar a las ramas de los árboles, es un juego de agilidad y reto para todo niño, que desde arriba inmediatamente, grita –« papá, mamá, miren en donde estoy », desde luego animarlos y relajarse viendo la dicha y alegría que presentan.
Es una experiencia tan maravillosa como jubilosa, exultante y alegre. Al emprender la marcha por una vereda, los niños luego, luego se manifiestan como líderes, como grandes conocedores y grandes corredores, es su característico entusiasmo, porque siempre, es su deseo ir adelante, con la consabida frase « a que no me alcanzan », se sienten grandes corredores, les fascina el subir y bajar, sienten la grandeza de la naturaleza, y esto los motiva por la energía que liberan, para relajarse, se sienten en Familia, y es hasta entonces que entienden la riqueza de recibir los rayos del sol y ver la maravilla del cielo azul infinito.
Al final de la jornada, el hambre ya está presente, y entienden que el alimento es parte de nuestra vida, es el momento preciso y exacto para otorgar dieta correcta, olvidando todo alimento industrializado, esta oportunidad es única, porque se torna en enseñanza permanente.
Al final, son nuestros niños los encargados de recoger los deshechos y darle colocación respectiva.
La naturaleza nos da vida, en consecuencias merece todo nuestro respeto.
Salgamos de día de campo familiar.
Respetemos la naturaleza, que es fuente de vida.