DISCALCULIA
El segundo trastorno del Aprendizaje que nuestros hijos pueden presentar es DISCALCULIA, que consiste en un trastorno específico en el procesamiento numérico y el cálculo, es decir, dificultad para procesar operaciones matemáticas o aritméticas, no entienden algunos conceptos, como: símbolos, señas y direcciones. Recordemos que su coeficiente intelectual es normal.
Tiene una base neurobiológica y cierto componente genético.
Es conocido que los seres humanos, al igual que otras especies, poseen una capacidad numérica innata, que desde los primeros meses va desarrollándose gracias a la interacción con el entorno y la educación.
Se presenta por igual en niños y en niñas en un 4-6% de la población escolar.
En el cálculo están implicadas diversas funciones del conocimiento:
La atención,
Las funciones ejecutivas,
La memoria,
El lenguaje y
La percepción.
Un niño con un trastorno de las funciones referidas previas, podría fallar en una operación aritmética durante la ejecución, aún siendo sencilla, y ante nuestro desespero, ya que para nosotros resulta sumamente fácil, nos volcamos en agresión y lanzamos el adjetivo que hiere la estima de este niño – ¡Qué tonto eres!. El resultado es que este niño, se alejará y odiará las matemáticas.
Les recuerdo que un Pueblo, no puede vivir sin Matemáticas, es necesaria en la Vida Cotidiana y en la Ciencia. Las civilizaciones antiguas superaron los problemas de subsistencia gracias a esta Ciencia, que la supieron cultivar y engrandecer reconociendo su importancia para cada evento de sus vidas.
Con frecuencia dos tercios de los niños afectados se asocian con otros trastornos del neurodesarrollo.
Un niño disléxico batallará con las Tablas de Multiplicar.
Un niño con Trastorno Específico del Lenguaje tendrá dificultad para comprender el enunciado de un problema.
Un niño con una disfunción visoespacial se equivocará a la hora de colocar los números en sus columnas.
Hay DISCALCULIA adquirida por una incorrecta interpretación al mencionar frases negativas, que debes evitar:
“Yo fui muy malo para las matemáticas”.
“El maestro no sabe explicar”.
“Es bien difícil”.
“Eso es para los Nerds”.
“Confórmate, si la pasas de panzaso”, etcécetra.
Todo esto los conduce a la frustración, que al superponer fobia, terminan con una elevada ansiedad por las Matemáticas.
Lo fundamental es no confundir a un niño con alguna lesión cerebral pre-establecida de cualquier naturaleza, y sea portador de Acalculia.
Puede haber señales tempranas en la etapa de pre-escolar.
Las manifestaciones clínicas aparecen precozmente en el momento de adquirir conceptos numéricos muy básicos, e irán variando con la edad y el nivel de escolaridad.
SIGNOS DE ALARMA:
No logra correcta escritura de los números.
Batalla para la realización de series secuenciales o clasificaciones numéricas.
Razonamiento afectado que le impide la solución aritmética.
No identifica con claridad los números, se equivoca al nombrarlos o escribirlos.
Confunde los grafismos parecidos: (el 3 y el 8), (6 y 9) y (4 y 7).
Confunde los signos:
No sabe si es resta o suma, etcétera.
No sabe expresar un problema matemático y no puede interpretar los enunciados.
Se le dificulta el pensamiento operatorio, el cálculo mental, la clasificación, el orden y las cantidades.
Problemas para organizar números y columnas, no saben darle una dirección apropiada al procedimiento, y por ende, error de cálculos.
Si el maestro lo detecta o bien la familia lo mejor es apoyarlo con una correcta evaluación.