TERNURA
En cualquier momento todos somos sensibles de un sentimiento ante las personas, cosas o situaciones que se consideran merecedoras de un amor o un cariño puro y gratuito, por su dulzura, debilidad o delicadeza.
La ternura se lee y se siente, nos abrimos a este sentimiento que nos conduce al crecimiento espiritual. No hay quien no se doblegue ante la ternura aunque pueda tener un corazón muy duro, pero ante su presencia sucumbe. La ternura y el afecto moldean nuestra forma de ser.
Es que todo mundo tiene el deseo de expresar cariño, dar un abrazo, pero también de recibirlo.
La ternura hace que nazca el amor, produce un fuerte vínculo para condicionar que las relaciones humanas armonicen y prosperen.
La ternura es un deber moral otorgarla a nuestros hijos, sin confundirla con lástima, con ella proyectamos un crecimiento emocional para cuando sean adultos.
Los momentos de intimidad en la amistad y la familia afloran por la Ternura: un saludo, una mirada, una caricia, un reencuentro, una palabra dulce, un te quiero, todas estas vivencias nuestro cerebro las registra y serán la energía vigente para los momentos caóticos, que nos permitirán una luz de amor y esperanza para vencer nuestros miedos y angustias.
La ternura es un sentimiento de gran fortaleza y firmeza, porque al sentirla se expresa sin miedo, dando nuevos bríos y mejores actidudes con gran rectitud en los detalles tanto simples como difíciles.
La ternura engrandece el amor e implica el deseo para que a nuestro semejante le vaya bien en todo, y en este sentido se torna vigilante y solidaria hacia todas las formas de vida.
La ternura no tiene jactancia, es humilde y está presente en minúsculos detalles por un gesto atento y amable.
La empatía crece por la presencia de la Ternura, nos inspira, nos da optimismo y alegría.
La ternura es telepática, si un semejante esta en desgracia o está siendo vejado; los que observamos le enviamos las mejores vibras de apoyo, llenas de energía para que supere su crítico momento.
Hasta en las películas también la observamos, si el perverso, cruel o malvado está siendo de las suyas, la ternura aflora en el espectador y con su energía interior la proyecta para que la justicia se manifieste.
“Hay muchas TERNURAS, pero la de los niños es única”