APEGO SEGURO. # 2
3. APEGO EVITATIVO
Los niños con este apego, han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento.
Se conoce como “evitativo” porque los bebés presentan distintas conductas de distanciamiento. Por ejemplo, no lloran cuando se separan de su cuidador, se interesan sólo en sus juguetes y evitan contacto cercano.
Lo constante han sido conductas de sus cuidadores que no han generado suficiente seguridad, el menor desarrolla una autosuficiencia compulsiva con preferencia por la distancia emocional.
La despreocupación por la separación puede confundirse con seguridad, estos menores viven sintiéndose poco queridos y valorados; muchas veces no expresan ni entienden las emociones de los demás, y por lo mismo evitan las relaciones de intimidad.
En la edad adulta, se producen sentimientos de rechazo de la intimidad con otros y de dificultades de relación.
4. APEGO DESORGONIZADO
Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados.
Es una carencia total de apego.
Lo constante en los cuidadores han sido conductas negligentes o inseguras.
Se trata del extremo contrario al apego seguro.
Casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el niño es la pérdida de confianza en su cuidador o figura vincular, e incluso puede sentir constantemente miedo hacia ésta.
Los menores tienen tendencia a conductas explosivas, destrucción de juguetes, reacciones impulsivas, así como grandes dificultades para entenderse con sus cuidadores y con otras personas.
Evitan la intimidad, no han encontrado una forma de gestionar las emociones que esto les provoca, por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter negativo que impide la expresión de las emociones positivas.
De adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas y parece que rechacen las relaciones, si bien en el fondo son su mayor anhelo.